Llamamos efecto placebo al efecto psicológico en el paciente de algunos medicamentos desprovistos de principios activos. Se utilizan para complacer a aquellas personas que se creen enfermos sin estarlo y a los que no se puede prescribir por ese mismo motivo ningún remedio. También se utilizan para conocer en qué medida un enfermo se queja de un mal real o imaginario.
Este efecto hace referencia a la mejoría o incluso curación de una dolencia que experimentan algunas personas por el hecho de creer estar recibiendo un medicamento efectivo, aunque esto no sea así. El enfermo está convencido de la acción curativa del preprarado y, por ello, mejora. La mente sobre la materia, el estado de ánimo influyendo en los procesos curativos.
Se ha constatado que ninguna píldora, inyección o intervención quirúrgica está exenta completamente del llamado efecto placebo. La confianza en el tratamiento clínico que se aplica influye de forma positiva en la curación del enfermo.
Así se ha demostrado con innumerables estudios y pruebas con analgésicos, antidepresivos o fármacos hipotensores frente a remedios que contienen sustancias inertes, como azúcar. Pues se tiene en cuenta este efecto en los ensayos clínicos para el estudio estadístico de un fármaco, administrando placebo a algunos sujetos de la muestra y comparando los resultados con aquellos a los que sí se suministró el medicamento.
Por contra, también se habla del efecto “nocebo” que sería el efecto psicológico contrario. A pesar de recibir un medicamento efectivo, un paciente podría empeorar su estado si se le informa que el medicamento puede no ser adecuado o que se duda de su eficacia o cualquier información negativa sobre el tratamiento.