lunes, 7 de febrero de 2011

Al besar se liberan químicos que despiertan el deseo por el otro.

Al besar se liberan químicos que despiertan el deseo por el otro.



Besos que enamoran, besos intensos, besos fríos, besos que quieren decir otra cosa. Besar es tan antiguo como estrechar la mano o abrazar. Se acerca San Valentín, una fecha en la que los besos van a multiplicarse por miles... y el amor va a flotar en el aire.

Pero no sólo cumplen una función social (el saludo cordial) o una demostración de afecto, también son buenos porque minimizan el estrés, disminuyen la presión arterial y transmiten una sensación general de bienestar. Así lo comprobó Sheril Kirshenbaum, una científica de la Universidad de Texas, investigó sobre el beso y escribió el libro La ciencia de besar. "Nuestros labios están llenos de terminaciones nerviosas, así que el contacto más suave enviará gran gama de señales al cerebro", explicó. Luego de un buen beso, entran en juego la oxitocina, conocida como "la hormona del amor", que genera una fuerte sensación de apego; la dopamina, que se eleva cuando se produce el beso, es la responsable del sentimiento de deseo ardiente y de la ansiedad de estar con esa persona; finalmente, actúa a serotonina, que es la que despierta los pensamientos incesantes hacia alguien especial.

Buenos y malos Una de las preguntas clave es si existen malos y buenos besos. Kirshenbaum comentó que más de la mitad de los encuestados que utilizó para su libro confesaron haber terminado una relación amorosa por un mal beso. Sin embargo, aclaró que hay cosas que escapan al control de cada uno. "Cuando besamos entramos en su espacio personal. Comenzamos a usar nuestro olfato, gusto y tacto, esto nos provee de una serie de pistas sobre cuán compatibles somos con esa persona", agregó. En este terreno las mujeres parecen ser más intuitivas que los hombres, ya que pueden descifrar si alguien es un buen complemento genético casi de inmediato.

El beso es una combinación entre lo innato y lo cultural. Esto explica por qué en algunas sociedades como las latinoamericanas las personas tienden a exteriorizar más los sentimientos y besarse en medio de la calle.

En países como China, Japón o en Medio Oriente, sucede mucho menos.

Y, si no se dan besos ¿qué hacen? La investigadora explicó que han existido culturas en las que la muestra de amor era morderse las pestañas. En definitiva, el objetivo es el mismo, "estar cerca, explorar el aroma, gusto y tacto del otro".

Fuente: http://lagaceta.com.ar

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