jueves, 10 de febrero de 2011

Proyecto de vida - Parte 5: Contemplando el futuro hoy

Esta es la quinta de 6 partes de nuestra serie "Proyecto de Vida", los consejos del Dr. Dobson son siempre bienvenidos y valorados por la comunidad en general. Kari :)

Contemplando el futuro hoy

“La vida es un conjunto de experiencias que deben ser apreciadas y no sobrevividas”.

 

Es probable que  en algún momento, nos hayamos  detenido  a imaginar cómo  será  nuestra vida  dentro  de algunos  años.  Idealmente  soñamos con  la superación de las dificultades que nos agobian en el presente; nos visualizamos disfrutando de la conquista de alguna meta y gozando de una feliz realidad. Para que  esto  llegue  a  materializarse,  si  bien  depende  de  muchos  factores,  es necesario primeramente poder contar con un proyecto  de vida, creer en  él  y defenderlo.   Cuando nos referimos al  proyecto de vida, hablamos precisamente de ese conjunto de aspiraciones que se persiguen a lo largo de nuestra existencia y a las correspondientes estrategias para alcanzar dichas aspiraciones.

El  proyecto  de  vida  es  importante  porque  estructura,  condiciona  y  da sentido a las diferentes decisiones que tomamos, es decir, nos motiva a pensar nuestras actuaciones y sus consecuencias no solo bajo la circunstancia inmediata, sino también a mediano y largo plazo.

Vemos entonces que el plan de vida puede llegar a constituirse en una especie de  ruta hacia el logro, que  nos  incentiva a luchar y esforzarnos para conseguir lo que  queremos, cuando ha sido planeado de forma adecuada y se actúa en congruencia a él. Por ejemplo, si asumimos un proyecto vital en el que deseamos formar una familia que goce de  bienestar, armonía y apoyo mutuo, entonces deberíamos emprender esfuerzos en distintas áreas de nuestra vida que nos ayuden a aproximarnos a esa meta.  Estos esfuerzos pueden ir desde asumir el compromiso de crecer académica y económicamente, hasta prepararnos para elegir correctamente a la pareja; también se debería contemplar el aprendizaje o mejoramiento  de habilidades que propicien una buena comunicación familiar, un manejo apropiado de conflictos, e inclusive una adecuada crianza de los hijos.

Por otro lado, el proyecto de vida, pese a que tiende a ser estable en el transcurso  del  tiempo,  no  es  algo  que  sea  completamente  estático;  por  el contrario, constantemente   se     enriquece     y     modifica:     cerramos     etapas, descubrimos  nuevos   intereses,  aprendemos   que  quizás  en  ocasiones   nos encontramos  desorientados,  o  quizás  nos  percatamos  de  nuestro  equivocado rumbo. Lo cierto es que sin un plan vital generalmente vivimos por inercia, como a la deriva. Las personas que no cuentan con ambición de crecimiento  y superación personal, viven desalentadas, con indiferencia y sin  un efectivo control sobre su realidad.

Los  caminos   que  conducen  a  un  proyecto  de  vida  positivo  deben cimentarse  en  fundamentos  morales  que  protejan  nuestra  dignidad  humana. Cuando el afán de prosperidad y éxito no es acompañado por principios básicos y una actitud reflexiva, podemos llegar a precipitarnos fácilmente hacia un proyecto de vida carente de sentido y trascendencia, en el que posiblemente  la conquista de un anhelo,  no pasará de ser más que una alegría efímera, que con el tiempo dejará una desagradable sensación de vacío.

Es con la práctica de los valores universales –como lo son el respeto, la humildad,   la   honestidad,   la   solidaridad,   la   integridad,  entre   otros  –,   que verdaderamente  logramos una vivencia del proyecto de vida en plenitud y una eficaz planificación de prioridades.

Cada quien es responsable de hacer todo lo posible por construir, desde ahora, el futuro que le aguardará más adelante. Desde hoy debemos dedicarnos con pasión y energía  a  perseguir las oportunidades que la vida nos ofrece. Los tropiezos deben ser vistos como desalientos momentáneos, como experiencias de aprendizaje y no como señales de fracaso. Aunque nuestros sueños no lleguen a ser satisfechos en un cien por ciento,   la mejor  gratificación  se encuentra en el proceso de  lucha,  en el  que  la  determinación y la  perseverancia,  hacen  que desarrollemos potencialidades que desconocemos. Después de todo, el proyecto de vida más provechoso es aquel que nos sirve de guía para llegar a ser mejores personas.

Un plan de vida es muy particular y puede ser modificado con el tiempo; sin embargo, para darle forma se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos:

1.Sueñe: Cuando se tienen  sueños se cuenta con  más  motivación  para seguir adelante aún después de haber fallado en el intento.

2.Establezca metas: Deben ser concretas y realizables para convertirse en un fundamento sólido.

3.Tome decisiones: Sólo la acción le llevará a alcanzar sus propósitos.

4.Divida el plan en etapas: No pretenda lograr todos sus objetivos de una sola vez.


Obstáculos para desarrollar el plan de vida


•La autocrítica y la descalificación.

•Responsabilizar a los demás de los fallos personales.

•La comparación.

•Un ambiente no apto para el crecimiento.

•Poca valoración a los recursos y herramientas con que se cuenta.

•Victimizarse ante las circunstancias.


Fuente: http://www.enfoquealafamilia.com

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