Pensaba plantear una respuesta lavoisieriana (por aquello de “la energía no se crea ni se destruye…”), pero resulta que un reciente estudio ofrece evidencia, digamos, más sugerente. Sí, se puede. Y no me refiero a la energía mecánica que puede producir un ser humano, digamos, empujando un auto. De acuerdo a un estudio reciente, es posible hacer funcionar un motor con energía extraída de… la orina.
La doctora Geraldine Botte, química de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, ha encontrado la manera de extraer hidrógeno del líquido que solemos acumular en la vejiga mediante un proceso de electrólisis del principal componente de la orina es la urea.
La explicación es sencilla: la urea tiene cuatro átomos de hidrógeno por molécula, sujetos con menos rigidez que los átomos de hidrógeno en la molécula de agua. Botte ha desarrollado un novedoso electrodo de níquel que puede romper la molécula con apenas aplicar 0.37 voltios. Esto es mucho menos de los 1.23 voltios que se necesitan para romper las moléculas de agua.
En otras palabras, resulta más barato obtener hidrógeno de la orina que del agua.
“No estamos inventando la rueda, pues ya existen electrolizadores que se usan en distintas aplicaciones”, admite la doctora Botte. El punto es lo original de la aplicación que ella propone. De extenderse la idea, este sistema permitiría generar energía y a la vez reforzar los sistemas de tratamiento de aguas servidas de las grandes ciudades.
De acuerdo a los estimados de Botte, el contenido de las vejigas de entre 200 y 300 personas podría generar hasta 2 kilovatios de energía, suficiente para hacer funcionar tres televisores durante un día. A una escala mayor, la producción de orina de 1000 vacas podría generar 40 o 50 kilovatios a partir de la electrólisis del amoniaco que contiene.
Hasta donde especulan los entusiastas, llegará el día en que los felices conductores se detendrán en las estaciones de combustible para matar dos pájaros de un tiro: vaciar la vejiga y llenar el tanque del auto.
FUENTE: http://blogs.elcomercio.pe/elclubdeloinsolito/
La doctora Geraldine Botte, química de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, ha encontrado la manera de extraer hidrógeno del líquido que solemos acumular en la vejiga mediante un proceso de electrólisis del principal componente de la orina es la urea.
La explicación es sencilla: la urea tiene cuatro átomos de hidrógeno por molécula, sujetos con menos rigidez que los átomos de hidrógeno en la molécula de agua. Botte ha desarrollado un novedoso electrodo de níquel que puede romper la molécula con apenas aplicar 0.37 voltios. Esto es mucho menos de los 1.23 voltios que se necesitan para romper las moléculas de agua.
En otras palabras, resulta más barato obtener hidrógeno de la orina que del agua.
“No estamos inventando la rueda, pues ya existen electrolizadores que se usan en distintas aplicaciones”, admite la doctora Botte. El punto es lo original de la aplicación que ella propone. De extenderse la idea, este sistema permitiría generar energía y a la vez reforzar los sistemas de tratamiento de aguas servidas de las grandes ciudades.
De acuerdo a los estimados de Botte, el contenido de las vejigas de entre 200 y 300 personas podría generar hasta 2 kilovatios de energía, suficiente para hacer funcionar tres televisores durante un día. A una escala mayor, la producción de orina de 1000 vacas podría generar 40 o 50 kilovatios a partir de la electrólisis del amoniaco que contiene.
Hasta donde especulan los entusiastas, llegará el día en que los felices conductores se detendrán en las estaciones de combustible para matar dos pájaros de un tiro: vaciar la vejiga y llenar el tanque del auto.
FUENTE: http://blogs.elcomercio.pe/elclubdeloinsolito/
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