Empieza el año escolar y los padres se preguntan cómo alimentar bien a los niños. A continuación, algunas consideraciones básicas.
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Cuidado con tanta gaseosa, caramelo, chocolate y hojuela frita. Si bien pueden resultar sabrosos snacks para disfrutar en momentos determinados del día, no son alimentos nutritivos ni saludables, sobre todo si hablamos de niños en etapa escolar.
Hay que tener en cuenta que, en países como México, por ejemplo, uno de cada cuatro niños es obeso. En nuestro país, es uno de cada siete. "La comida chatarra contribuye al sobrepeso y, entre otras cosas, aumenta los casos de caries y el riesgo coronario", apunta la nutricionista María Teresa Zumarán.
Por ello es que la lonchera, más que un "quita hambre", debería ser vista como el combustible para un correcto desempeño académico de los niños.
APRENDER A COMER. La doctora Zumarán diferencia tres grupos de alimentos. Energéticos: pan, tostadas, leche, frutos secos. Formadores: lácteos, huevos. Protectores: frutas y otros productos ricos en vitaminas y minerales.
A todos ellos hay que sumarles el agua, responsable de la hidratación y un buen funcionamiento del sistema digestivo. La idea es que la lonchera esté compuesta por un ítem de cada grupo.
La lonchera para mañana martes sería, por ejemplo, un pan con queso fresco, chicha morada y una fruta de estación. Si toca Educación Física, entonces se incrementan las porciones.
"Podría ser un pan con pollo, dos frutas, un producto lácteo –como un yogur– y más agua", dice Zumarán. Día a día se pueden elaborar propuestas ingeniosas y nutritivas, siempre teniendo en cuenta los grupos de alimentos, las porciones y la actividad específica del niño. Qué mejor quiosco que la cocina del hogar.
Hay que tener en cuenta que, en países como México, por ejemplo, uno de cada cuatro niños es obeso. En nuestro país, es uno de cada siete. "La comida chatarra contribuye al sobrepeso y, entre otras cosas, aumenta los casos de caries y el riesgo coronario", apunta la nutricionista María Teresa Zumarán.
Por ello es que la lonchera, más que un "quita hambre", debería ser vista como el combustible para un correcto desempeño académico de los niños.
APRENDER A COMER. La doctora Zumarán diferencia tres grupos de alimentos. Energéticos: pan, tostadas, leche, frutos secos. Formadores: lácteos, huevos. Protectores: frutas y otros productos ricos en vitaminas y minerales.
A todos ellos hay que sumarles el agua, responsable de la hidratación y un buen funcionamiento del sistema digestivo. La idea es que la lonchera esté compuesta por un ítem de cada grupo.
La lonchera para mañana martes sería, por ejemplo, un pan con queso fresco, chicha morada y una fruta de estación. Si toca Educación Física, entonces se incrementan las porciones.
"Podría ser un pan con pollo, dos frutas, un producto lácteo –como un yogur– y más agua", dice Zumarán. Día a día se pueden elaborar propuestas ingeniosas y nutritivas, siempre teniendo en cuenta los grupos de alimentos, las porciones y la actividad específica del niño. Qué mejor quiosco que la cocina del hogar.
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