Raúl Wiener / Mariátegui
17/08/11
La principal observación al informe de investigación de LA PRIMERA, sobre los costos y pérdidas en que está incurriendo el Banco Central de Reserva (BCR) en su loca carrera de comprar dólares y retenerlos (distinta de la política de comprar y vender para estabilizar, llamada flotación sucia, que existía en el pasado), ha sido expresada en varios medios por el economista y periodista Augusto Álvarez Rodrich.
Lo que él dice es que nuestro análisis y los titulares del diario están expresando a un sector de Gana Perú que estaría molesto por la ratificación del señor Julio Velarde a la cabeza del banco emisor y que estaríamos buscando su caída para reemplazarlo por alguien más afín.
Claramente quiere politizar la discusión y centrarla en la persona del presidente de la institución monetaria, sin pronunciarse frente a la información presentada. Y como para cerrar el debate don Augusto recuerda los reconocimientos que entidades como el Fondo Monetario Internacional (y otras) han hecho sobre el manejo del BCR en los últimos años.
Por supuesto que ya deberíamos acostumbrarnos a este tipo de certificaciones de calidad que luego terminan arrasados por las crisis, en las que empiezan a admitirse el largo número de errores cometidos. Álvarez debería explicar cómo el patrimonio neto del Banco pasa por la siguiente secuencia:
1 de enero de 2009 7,150,135,000,000 nuevos soles
1 de enero de 2010 3,935,234,000,000 nuevos soles
1 de enero de 2011 1,617,571,000,000 nuevos soles
Estos datos indican una pérdida de 44.09% de 2009 al 2010 y de 58.89% de 2010 al 2011. Si una gerencia pierde dos años seguidos la mitad del patrimonio e insiste en la misma política, ¿no debe ser este un motivo para preocuparse?
Es verdad que puede formularse el problema de otra manera, preguntándose si en una situación crítica como la de 2009 no era dable que el BCR tuviera una intervención activa en el mercado cambiario para evitar fluctuaciones graves que pudieran desestabilizar la economía y transformar el frenazo en una franca recesión. Nadie podría discutir esto. Pero lo fundamental está en que en ese año malo hubo el siguiente esquema de intervención del BCR:
Compras de dólares en el 2009 1,256,000,000
Venta de dólares en el 2009 1,149,000,000
Diferencia entre compra y venta 107,000,000
Es decir las ventas llegaron a representar un valor equivalente al 91% de las compras, próximo al tas con tas, que se puede atribuir a una intención de estabilización. Pero en el 2010, año de rápida recuperación económica, se produce un giro sorprendente.
Compras de dólares en el 2010 8,963,000,000
Venta de dólares en el 2010 0
Diferencia entre compra y venta 8,963,000,000
¿Por qué se compra siete veces más dólares que el año previo y por qué no se venden los dólares del BCR? Obviamente porque la tendencia mundial y nacional era totalmente a la baja y el banco a cargo de Velarde absorbió toda la pérdida cambiaria.
Esto quiere decir que ya no se trataba de estabilizar, ni siquiera de incrementar las reservas (ya que los dólares acumulados pueden ser más, pero valen menos que antes), sino de proteger al sector de la economía que trabaja en dólares, para el mismo que se firmaron los contratos de estabilidad jurídica y los TLC. ¿Y quién paga la cuenta sino es el resto?
Raúl Wiener
Unidad de Investigación
http://www.diariolaprimeraperu.com
REVISTA MARIÁTEGUI
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