Mucho se habla del racismo en varios países, hay personas que en este siglo 21 sufren insultos, discriminación e indiferencias por ser de otra raza o estatus Social. Muchas personas o la mayoría nos fijamos mas en la apariencia física, no tomamos encuenta las virtudes o las apariencia internas de las personas.
La mayoría de los seres humanos tenemos juicios prefabricados sobre estereotipos basados en la apariencia física de las personas.
Nos consideramos buenas personas, tolerantes y abiertas. Creemos que aceptamos a todo el mundo como es y que no hacemos diferencias porque otra persona sea de otra etnia, raza o estatus social.
Pero no es así. Nuestra conciencia nos dicta unos sentimientos y, sin embargo, nuestro inconsciente se rige por otros gustos y preferencias.
hubo un test denominado Prueba de Asociación Implícita publicado en 2006 puso en evidencia que lo que decimos muchas veces no es lo que pensamos. Tres millones de personas hicieron la prueba y se puso al descubierto que tres cuartas partes de los blancos y de los asiáticos estadounidenses mostraron una tendencia inconsciente a valorar más a los blancos que a los negros. Muchas personas que completaron la prueba prefirieron implícitamente más a los jóvenes que a los ancianos, así como favorecieron inconscientemente a los hombres frente a las mujeres.
Es tan fácil erigirnos como jueces de personas a las que apenas conocemos. Piensa en la última vez que evaluaste a alguien en base a sus rasgos físicos, su capacidad para conversar, su vestimenta, su educación, o su dinero. Sin decir una palabra, podemos crear categorías en donde clasificamos a las personas como “mi tipo de personas” y “aquellos a los que hay evitar.”
Cuando estés tentado a prejuzgar a alguien basándote en la apariencia, recuerda a Tomás de Aquino y al rey David. El corazón de una persona es lo que le importa a Dios.
"Vemos el exterior, Dios mira al corazón."
FUENTE: http://motivaciondevida.blogspot.com/