sábado, 26 de febrero de 2011

Magaly Medina: “Soy una verdadera sinvergüenza”

En entrevista con El Comercio, la periodista reconoce supremacía en el ráting de “Al fondo hay sitio” y promete que este año dará la batalla
Sábado 26 de febrero de 2011 - 09:24 am
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(Archivo de El Comercio)
ALICIA TORRES
Está empeñada en volver a sus orígenes: ser otra vez la mala de la televisión (porque hacerse la buenita no le funcionó, confiesa), Magaly Medina está lista para la decimocuarta temporada de “Magaly Teve”. Poco antes del estreno, la ‘Urraca’ confesó que la falta de sintonía de su espacio se debió, en buena parte, al estrés postraumático que vivieron, tanto ella como su productor Ney Guerrero, tras su paso por la cárcel.
¿Qué novedades traes?
No me gusta anunciarlas, prefiero ponerlas en práctica. El año pasado hicimos los ‘reality shows’ y ahora todos los programas quieren involucrarse en el formato. Seguiremos siendo un programa de espectáculos, haremos lo que la gente nos pide: criticar y mostrar cosas nuevas.
¿Recurriste al ‘reality’ para recuperar sintonía?
También es chismoso conocer a la gente de la farándula en su intimidad, que yo haya sido la que primero lo utilizó para refrescar mi programa es otra cosa.
¿Te preocupa no liderar el ráting como antes?
Siempre me va a mortificar no liderar el ráting. Soy mala perdedora, a mí me gusta ganar siempre, aunque ahora debo reconocer con hidalguía que perdí en buena lid con “Al fondo hay sitio”, serie que ha cambiado la forma de ver TV de los peruanos. Eso es bueno porque somos productos peruanos compitiendo por ganarse el afecto del público.
Llegaste a registrar 6 puntos…
Fue solo en una media hora. Definitivamente, en el A/B, mi fuerte, no tuve esa cifra. Un día no es una medida, como puede serlo una semana o un mes. Gisela Valcárcel tuvo 6 puntos continuamente. Así que eso de decirme ‘La Seis Puntos’ fue solo ánimo de fastidiar. Ahora, reconozco que el año pasado sí me dormí sobre mis laureles. El cansancio hizo presa de mí. Por eso, este año he querido volver diferente. Estoy poniendo todo de mi parte para que sea como mi primer año en TV. Volvemos con más fuerza. Como en un matrimonio, el cansancio y la rutina en un programa de TV te matan. De repente, eso pasó conmigo. Soy muy honesta en reconocerlo: me sentí aburrida. El año pasado tiré la toalla, sufrí las consecuencias postraumáticas de la cárcel.
Efraín Aguilar ha dicho que la carroña de la TV se la deja a otros. ¿Te sientes aludida?
No, para nada. Yo hago carroña con su programa, con sus actores. Si no hubiera carroña, no habría buitres y yo soy el buitre.
Se dice que ya tienes un ampay.
Tengo a Luis Corbacho en mi primer programa. Hemos tenido que convencerlo de que venga, porque tenía otras ofertas.
Tus críticos creen que te has suavizado.
En algún momento bajé la guardia, pero quiero volver a mis inicios. No tan salvajes como antes, pero sí a mi esencia. No puedo traicionarme a mí misma. No puedo ser la buenita que algunos quieren que sea.
¿Intentaste serlo?
Sí, pero no me funciona. Mi naturaleza es otra, la bestia siempre sale.
¿Terminó tu juicio con Paolo Guerrero? ¿Aún debes firmar el cuaderno de comparecencia?
Todos los meses hasta diciembre de este año. Además, debo pedir permiso a la jueza siempre que quiera viajar. Quien está comenzando un juicio es Ney Guerrero. Él demandará a Paolo y tiene todo el derecho de hacerlo por el daño físico y emocional que sufrió. Parte de lo que nos pasó el año pasado fue porque teníamos ese desbalance. Ney estaba sufriendo ese estrés postraumático que lo llevó a terapia, e incluso perdió la relación con la mujer con la que se iba a casar [Erika Beleván].
¿No causaste tú esa ruptura?
Para nada. A pesar de que parece ser fuerte y haber sido siempre mi sostén, mi apoyo, en el fondo Ney no ha podido superar el efecto de la prisión. Pensaba todo el tiempo en que podía volver a la cárcel. Tenía ese miedo horrible, no podía ni dormir.
¿Por qué te responsabilizaban de ello?
Porque creen que yo soy la incondicional, que estoy babeando y muriendo de amor por él, pero la gente que nos conoce sabe que entre nosotros solo hay amor de amigos.
¿Ney se sometió a una cura de sueño?
Fue una de las causas. Abandonó la terapia porque decía que le quitaba tiempo, pero venía a trabajar muy cansado. Discutíamos mucho, él estaba más pendiente de sus abogados que del programa.
¿Te asaltan aún recuerdos de Santa Mónica?
Lo veo como algo que pasó. Yo cicatrizo las heridas más rápido porque hablo, lloro, lo exteriorizo. Le perdí el miedo a la cárcel. Si me mandaran otra vez a prisión, no tendría que pasar por la depresión y la ansiedad que pasé.
¿Qué te motivó a escribirle un saludo de cumpleaños a Gisela?
Son cosas que me pasan de vez en cuando. Ese día viajaba a Miami y durante el vuelo llamé a Ney y le dije: “Es santo de mi comadre y me ha provocado mandarle una carta”. Entonces, decidí publicarla en la web. Gise y yo estamos viejas para ser tontas. Ella me ha enjuiciado y yo le he dicho cosas fuertes, pero las dos hemos llegado muy bien a esta edad de la vida. Nos vemos bien, tenemos una familia sana. Hacemos felices a quienes queremos al punto de que podemos estar sin una compañía.
Entre esas similitudes, a ti te falta ser abuela.
No me siento abuela, ni quiero sentirme. Para empezar, solo tengo paciencia con mi perro [Ozzy, al que no deja de acariciar durante la entrevista] porque no fastidia, no va al colegio, no llora… Tengo sobrinos maravillosos, pero sé que en algún momento se van a ir con su papá.
El accidente de tu hermana fue para ti peor que la prisión.
Sí, porque la más ligera posibilidad de perderla fue como si acabaran con mi propia vida. Mi hermana es mi otra mitad. Ella es, aparte de mi hijo, la persona a quien más amo en la vida [contiene el llanto].
Tula Rodríguez dijo que Ney la llamaba insistentemente para tu programa.
Sería una sabrosa invitada, habría que ver qué correa tiene para que, después de todo lo que yo dije de ella y de su marido, venga a mi set. Ney la llamó no porque quiera invitarla a almorzar o afanarla. A él no le gustan las bataclanas, definitivamente en eso no se parece a Javier Carmona. Ney pudo salir a contar que Tula hasta lloró en su hombro, pero no lo hizo porque es un caballero.
¿Algún personaje que quieras tener en tu set?
A Gisela, claro. También a Álamo Pérez Luna y Jessica Tapia, a todos mis enemigos. Una vez un hombre muy importante de este país me preguntó: Señora Magaly, ¿me explica usted cómo es que alguien tan guapa como Jessica tiene un novio tan feo y gordo como Álamo?
¿Se puede saber quién fue?
No, pero eso es lo que opinaba mucha gente. De repente podemos levantarnos ambas nuestras faldas y mostrar nuestras celulitis. No tengo ni vergüenza ni pudor, soy una verdadera sinvergüenza en la TV.
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FUENTE: http://elcomercio.pe/espectaculos/

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