martes, 22 de febrero de 2011

El lago de los cisnes en Lima, Perú : Ballet Municipal del Perú nos deleitará una vez más con el hermoso ballet


“El lago de los cisnes” es una obra perfecta para el flamante Teatro Municipal de
Lima, destinado a brillar como antaño. Diana Silva es el cisne negro en esta oportunidad.
El Lago de los Cisnes, en Lima
El lado oculto de un bello arte
El Ballet Municipal de Lima deleitará a su público en marzo con la puesta en escena del “El lago de los cisnes, en el colegio Santa Úrsula. En estas fotos lo vemos en su verdadera casa, el Teatro Municipal, abierto en exclusiva para COSAS. Representan el sueño, por ahora postergado, de ver a la principal compañía de Lima bailar en el escenario que le corresponde.
Jennifer Homans acaba de publicar “Apollo’s Angels: A History of Ballet” y, según “The New York Times”, es la historia más completa de “la más maravillosa de las bellas artes”, la más exquisita muestra de “etiqueta aristocrática”. Estas “chicas vestidas de blanco que sostienen todo su peso sobre los dos dedos gordos del pie”, continúa el crítico del “NYT”, interpretan fábulas de amor, dolor, pasión y traición; las entretejen con la historia de las guerras, revoluciones y tensiones políticas, y las trasladan a los escenarios de los imperios caídos y de las monarquías absolutistas que dieron vida a esta disciplina en el siglo XVII.
Pero detrás de los tutús y de los movimientos precisos, hay un lado terrible: la disciplina, el esfuerzo y el dolor. La que será una primera bailarina normalmente empieza su entrenamiento a los tres años. Se asume que tiene un talento y unas cualidades físicas que la van separando poco a poco de las demás, pues no basta con la voluntad: para ser bailarina hay que tener más que eso. La primera bailarina será una joven estilizada, elegante, con cuello largo, pie delicado y un empeine fuerte y bonito. Además, será sensible y tendrá que convencer –y conmover– a su público. Es un mundo duro, donde solo se quedan las mejores.
La que fuera primera bailarina del Ballet Municipal de Lima Mónica Romero, quien bailó, además, por tres años en Holanda y en Mónaco, cuenta, a modo de anécdota que muchas bailarinas “casi perfectas” son descartadas por algo tan aparentemente trivial como “no tener pie”.
“Bailar ballet es un sueño. Cuando yo lo hacía, me elevaba espiritualmente de tal modo que, al mirar al público en las butacas me daba la sensación de estar en un plano superior”, explica Mónica.

¿FICCIóN O REALIDAD?
Pero hay otra dimensión. La película recién estrenada “Black Swan”, que protagoniza Natalie Portman, trata sobre una bailarina físicamente perfecta, aunque neurótica e insegura, que se involucra hasta tal punto en su papel que entra en una espiral de autodestrucción, que la sume en la desesperación y en la locura.
“Es la historia de una joven que tiene, desde niña, una fuerte lucha consigo misma, y cuando empieza a destacar, siente la necesidad de luchar contra las demás para sobrevivir”, refiere el psiquiatra Mariano Querol, en su consultorio en El Olivar.
Desde su perspectiva, “es muy simplista pensar que esta situación de por sí pueda volver a alguien loco, entendiendo ‘locura’ como la pérdida de contacto con la realidad. Nina (el personaje de Portman) refleja un síndrome esquizoparanoide, con alucinaciones auditivas y visuales, pérdida de control, desdibujamiento de la realidad y delirios de persecución”, añade el doctor Querol. “Cualquier persona sometida a situaciones de estrés extremo acabaría volviéndose loca”.


¿CISNES EN LIMA?
“El Lago de los Cisnes” es, quizás, la obra más universal de Tchaikovsky, y está próxima a estrenarse en la capital. Ello es posible gracias al gran esfuerzo del Ballet Municipal dirigido por Lucy Telge, que no ha podido hasta ahora, pese a sus grandes esfuerzos por mantener el ballet en pie, regresar a su casa en el Teatro Municipal. En el teatro Pardo y Aliaga, después de un ensayo, las prima ballerinas Diana Silva, Grace Cobián y Rona Azaña comparten sus experiencias. Las tres interpretarán el papel de Reina Cisne, el que Natalie Portman lucha tanto por perfeccionar. Están de acuerdo en que una bailarina sacrifica muchas cosas para llegar a lo más alto. Al hablar de la dificultad de encarnar este papel, en cuanto a lo técnico y a lo interpretativo, coinciden en que cada bailarina es un mundo. “A mí me cuesta más el cisne blanco, es mucho más controlado” cuenta Grace, agotada por el entrenamiento. “El negro va más con mi carácter y aunque técnicamente es muy exigente, interpretarlo me demanda menos”, añade.
“Los dos son muy exigentes”, dice Diana. “El blanco es más ligado, el negro más cortado, y tienes que interpretar los dos de manera convincente. Esta es la pieza de ballet más exigente de todas, pues haces dos personajes opuestos en una misma obra. No es que uno sea más difícil que el otro, es que tienes que convencer siendo delicada e inocente, y luego sensual y malvada”.
Rona, hablando ya en general, cuenta: “El ballet es muy bonito, pero muy duro. La obsesión por un papel te puede llevar a dejar de lado muchas cosas y a no salir nunca de este mundo. Hay chicas que salen de entrenar y van a su casa a ver videos de ballet constantemente. Me parece que eso no es sano, pero sucede. Todas nos hemos obsesionado con un papel”.
“Intentas lograr la perfección, pero no existe”, continúa Rona. “Yo tengo una competencia conmigo misma”, explica Diana. “Lo que aspiro es hacerlo cada vez mejor que en la función de ayer”.
Hablando de la película, a ninguna de las tres les gustó. “Es muy exagerada”, prosigue Diana. Grace cierra con una reflexión interesante: “Lo duro del ballet es que al margen del dolor, el sacrificio, la disciplina y la rigidez de tener que moverte de una manera muy pauteada, y transmitir mucha sensibilidad dentro de esta rigidez, tienes que satisfacer a un público muy exigente, que te quiere ver perfecta”. Así que ya sabe: la próxima vez que vaya al ballet, aplauda el doble.


FUENTE: http://portal.cosasperu.com.pe/

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