La gente feliz puede pensar de forma innovadora.
La gente feliz puede pensar de forma innovadora.
“El miedo y el pesimismo nos inducen a mantener una visión recortada de la vida, a aislarnos y movernos sólo en los terrenos supuestamente seguros, a replegarnos en nosotros mismos, a repetir en vez de probar e innovar y, en definitiva, a adoptar la filosofía de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. En términos psicológicos ello equivale a sobrevivir en vez de vivir". Según afirma la psicóloga clínica Margarita Marqués, experta en crecimiento personal y autoconocimiento.
En cambio, aquellas personas optimistas y que viven en positivo, disfrutando de lo que tienen en vez de lamentar lo que les falta, "viviendo el aquí y ahora, confiando en que las cosas marcharán bien y centrándose en las soluciones más que en los problemas, tienden a asumir riesgos razonables, a vivir nuevas experiencias y a luchar por lo que anhelan en su interior", agrega la experta.
Marqués señala también que “vivir en positivo, no sólo contribuye a hacernos más felices, sino que además enriquece nuestra imaginación a través de diversos mecanismos psicológicos y emocionales”.
“Esa actitud positiva en la que la mente y el corazón de  una persona se abren ante lo nuevo y prometedor que llega, en vez de apegarse a lo conocido, en la que se plantea nuevos retos, enriquece la imaginación, que se entrena en buscar y explorar salidas, opciones, soluciones y caminos alternativos”, señala la experta en declaraciones a EFE-Reportajes.
Según la psicóloga, el hecho de que el optimismo se convierta en uno de los grandes motores de la creatividad, no sólo lo viene comprobando en sus consultas al observar la evolución de los pacientes que practican el denominado pensamiento positivo, sino que además lo refrendan investigación recientes.
“Por ejemplo, un estudio canadiense ha encontrado que las personas felices pueden pensar de forma innovadora notablemente mejor que las que se encuentran tristes, y que un estado de ánimo positivo fomenta la creatividad”, explica la experta.
Según Marqués, los investigadores de la Universidad del Oeste de Onttrio, en Canadá, utilizaron para su investigación una serie de videos y música; en un caso una pieza de Mozart y una filmación de un bebé  riendo  y, en el contrario, la banda sonora del filme ‘La Lista de Schindler’ y una videonoticia sobre un terremoto. Dos escenarios que suelen provocar, relax y sonrisas el primero, y desánimo y desasosiego el segundo.
Su objetivo era inducir distintos estados de ánimo en los participantes en el trabajo, a los que después se les solicitó que clasificaran grupos de imágenes con patrones visuales complejos.
Los expertos comprobaron que las personas con un estado de ánimo feliz pudieron aprender a clasificar los patrones mejor que aquellos que experimentaban estados de ánimo tristes o neutrales.
La psicóloga coincide con uno de los autores del estudio canadiense, el estudiante de postgrado Ruby Nadler, en que “si uno tiene un proyecto sobre el que desea pensar de forma innovadora o un problema que debe sopesar con cuidado, estar en un estado de ánimo positivo puede ayudarle a conseguirlo”.
Según los propios autores de la investigación, el hecho de que  algunas personas vean videos divertidos en el ordenador durante el trabajo, podría atribuirse a que la gente intenta de forma inconsciente "ponerse en un estado de ánimo positivo".
Para vivir de forma positiva, enriquecer nuestra imaginación y mantener la lozanía mental, la experta aconseja centrarse en observar lo que uno disfruta, en lugar de “lo que le falta o tienen los demás, lo cual sólo conduce a amargarse, y a que pasen inadvertidas las oportunidades y alegrías de la vida”.
La psicóloga recomienda abrir nuestra mente a lo que nos rodea, ya que “nuestra psique interpreta las circunstancias y la realidad, y considera opciones y toma decisiones, de acuerdo a la información de que dispone. Cuánto más amplio es nuestro registro de experiencias, gentes e ideas, más amplia es nuestra visión de la vida, y mayor nuestra capacidad de disfrutarla”.
También es importante vivir cada instante con intensidad, aconseja Marqués, porque “esperar a que las cosas mejoren o cambien para ser feliz en el futuro, es una de las mejores formas de desaprovechar el presente, lo único que tenemos y que es real”.
“Cuando se vive centrado en el presente, en el “hoy, aquí y ahora”, y se disfrutan los pequeños placeres  y hallazgos que surgen a cada paso y suelen pasarnos desapercibidos, la vida cambia del color gris a todos los matices que nos ofrece el arco iris”, concluye la psicóloga clínica.